Días tristes.

Días sin dar los buenos días a la cartera, al de los periódicos, al repartidor, al de la tienda de al lado.

Días sin tomarnos nuestro café en el bar de siempre a media mañana.

Días que Zocodover está sin gris sin sus coloridos paraguas.

Días sin ayudar a los perdidos a encontrarse en el mapa.

Días sin la caña y la tapa.

Días sin ojos ilusionados frente a los escaparates.

Días sin ese olor a dulce en la calle comercio.

Días sin vida en las calles.

 

Volveremos.

 

Fotografía: Diego Fournier